Los movimientos naturales de los dientes son de dos tipos, erupción y migración, se definen a continuación.
Erupción
El término erupción implica el movimiento axial que el diente efectúa para emerger a la cavidad oral (bucal), atravesando los obstáculos de tejidos duros y blandos, desde el comienzo del desarrollo de la corona hasta que se pierde el diente o muere el individuo.
Este movimiento de erupción propiamente dicho inicia al término de la mineralización de la corona, proceso que se divide en tres fases: preeruptiva, eruptiva y poseruptiva.
Fase preeruptiva
Esta fase engloba el crecimiento de la corona y el movimiento dental hacia la superficie mientras se está formando la cripta; una vez formados los primeros mamelones, éstos atraviesan los tejidos óseos y la fibromucosa oral con la ayuda de las células osteoclásticas, emergiendo así al medio bucal.
Fase eruptiva
Durante esta fase se inicia el desarrollo de la raíz a partir de la vaina radicular epitelial de Herwing. La raíz crece en una cripta ósea, y los osteoclastos pueden profundizar transitoriamente la cripta reabsorbiendo el hueso de la porción inferior para adaptar el incremento de la longitud de la raíz; conforme esta vaina avanza en su desarrollo y se alarga, el diente ejecuta un doble movimiento hacia oclusal y facial. A medida que esto sucede, el hueso crece para ir a la par con la vaina, y el diente se desplaza más rápido para alcanzar el diente antagonista.
En las dos denticiones, el movimiento del diente en esta fase tiende a ser hacia vestibular y oclusal, más hacia vestibular en anteriores que en posteriores.
En el mecanismo de desarrollo de los dientes de la segunda dentición, la lámina sucesional brota de la lámina dentaria y forma el diente de la segunda dentición en su extremo, aun parcialmente unido por ella. El diente de la segunda dentición queda rodeado de hueso, y la lámina sucesional forma un pequeño conducto en el hueso llamado conducto gubernacular; en condiciones normales, el diente de la segunda dentición seguirá el camino de ese conducto para poder salir a la superficie.
De los 32 dientes de la segunda dentición que reemplazarán a los 20 dientes infantiles, 20 se desarrollan como ramificaciones colaterales de la lámina dentaria primaria.
Los dientes anteriores de la segunda dentición se desarrollan en posición apical y lingual respecto a los dientes infantiles, mientras que los premolares se desarrollan entre las raíces de los molares infantiles.
Fase poseruptiva
Este movimiento, considerado pasivo y que también recibe el nombre de fase eruptiva funcional, comienza en el momento en que los dientes hacen contacto con los antagonistas, iniciando su funcionamiento masticatorio, y termina cuando el diente se pierde. Esta fase actúa de diferentes maneras:
- Crecimiento vertical de los maxilares. Esto sucede cuando los maxilares crecen y se desplazan en sentido vertical, dejando un pequeño espacio entre las arcadas dentarias; de este modo los dientes inician el movimiento hacia oclusal y mantienen un equilibrio entre ambos arcos dentales.
- Desgaste oclusal. Sucede en individuos que aprietan y rechinan los dientes; la erupción continúa para mantener el contacto dentario.
- Desgaste interproximal. Existe una ligera fuerza eruptiva mesial que mantiene los dientes en contacto.
- Pérdida del diente opuesto. El diente puede continuar erupcionando (supraerupción), lo que provoca un plano oclusal anormal.
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